Ámsterdam llevará el distrito rojo fuera del centro
Las autoridades de Ámsterdam han aceptado una propuesta de la alcaldesa de la ciudad para cerrar los famosos burdeles del barrio rojo y trasladar a los trabajadores del sexo fuera del centro de la ciudad, informa The Guardian. En una reunión celebrada el jueves, la mayoría del consejo municipal de Ámsterdam se mostró a favor de la creación de un nuevo “centro erótico” fuera del distrito central, según la prensa local.
El ayuntamiento de Ámsterdam ha conseguido el apoyo de todos los partidos -incluido el del primer ministro holandés, Mark Rutte, según el periódico- para la iniciativa y dice que reformará el histórico barrio medieval De Wallen (“Los Muros”) de la ciudad, que lleva mucho tiempo luchando contra el mal comportamiento de los turistas. El gobierno ha hecho un llamamiento público para que los residentes opinen sobre el futuro del trabajo sexual en la ciudad y no ha dicho dónde piensa reabrir los burdeles.
Los vecinos que viven en el barrio rojo durante la pandemia, que ha cerrado el turismo en la región, dicen del alivio que ha supuesto una pausa prolongada del exceso de turismo. La zona se ha llenado de carteles en inglés que advierten a los visitantes: “No orines en la calle”, “Prohibido el alcohol en espacios públicos”, “Deposita tu basura en la papelera” y “Multa: 140 euros”.
La alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, del Partido Verde del país (GroenLinks), propuso por primera vez el cambio de ubicación y el cierre de muchos de los escaparates de trabajadoras sexuales del distrito en 2019, señalando que los turistas solían visitar el barrio rojo para mirar embobados a las trabajadoras sexuales desde la calle en lugar de participar en los burdeles legales. La ciudad cerró las visitas guiadas en la zona del barrio rojo a principios de 2020.
El turismo ha hecho que la zona “deje de ser un distrito íntimo”, dijo Halsema a The Guardian en 2019. “Si caminas por las calles muy estrechas, ves enormes multitudes de turistas parados frente a las ventanas fotografiando a las mujeres extranjeras que son vulnerables y riéndose de ellas”. Halsema ha dicho que no desea prohibir totalmente el trabajo sexual, sino que quiere proteger a las trabajadoras del sexo que componen los burdeles de Ámsterdam.